Evangelio Semanal


Sarmientos Vivos

El Evangelio y la segunda lectura para este Quinto Domingo de Pascua hacen hincapié en la necesidad de que permanezcamos en Cristo y él permanecerá en nosotros. Esta vida compartida está representada en la imagen de la vid que tiene muchos sarmientos. Nos convertimos en sarmientos vivos de la vid, en miembros del Cuerpo de Cristo por el Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación, por los sacramentos que nos hacen compartir la vida de Dios. La primera carta del apóstol san Juan describe el fruto de esta vid como el amor activo al prójimo: “Y este es su mandamiento: que creamos . . . y que nos amemos unos a otros” (1 Juan 3:23).

En la primera lectura de los Hechos contamos con un ejemplo de una persona que participa de la vida de Cristo en la persona de san Pablo. El audaz testimonio de Pablo, incluso a riesgo de perder su propia vida, es prueba para todos de que el Espíritu del Señor resucitado verdaderamente lo llena de vida y da fruto en él.