La Bondad Desbordante de Dios
La superabundancia de la bondad de Dios une todas
las lecturas de hoy. Especialmente cuando la vida nos
abruma, el Señor nos proporciona todo lo que necesitamos,
y más. En los Hechos de los Apóstoles, Pedro toma la
iniciativa cuando se enfrenta al Sanedrín. Nosotros
podríamos esperar que el hombre que negó a Jesús se
desmoronará bajo la imponente mirada del sumo sacerdote.
En cambio, el Espíritu Santo le ayuda a dar testimonio de su
fe en Jesucristo. Lo que a Pedro le había faltado antes, valor
y convicción, Dios se lo proporciona en abundancia.
Del
mismo modo, el Evangelio de hoy muestra a Jesús
proporcionando un excedente de peces a los discípulos.
Ellos no tienen suerte pescando sino hasta que el Señor
intercede. Jesús les proporciona una cantidad casi
exorbitante de peces, y además les cocina algunos. Como
afirma nuestra lectura del libro del Apocalipsis, las
desbordantes riquezas de Dios requieren una alabanza
constante. Innumerables criaturas, “todo en el universo”,
clama para honrar al Señor, por los siglos de los siglos.
Oración de la Semana
Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre
al verse renovado y rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la
dignidad de su adopción filial, aguarde seguro con gozosa esperanza el día de la
resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Pregunta
de reflexión:
¿Qué significa para mí tener esperanza en la Resurrección?